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Serie: La predicación de los Apóstoles (Libro de los Hechos)
2a Parte (Resurrección de Jesús a su segunda venida)
Dios lo resucitó.
Dios la ha exaltado por Príncipe y Salvador.
Dios lo ha hecho Señor y Cristo.
Vendrá por segunda vez.
2a Parte (Resurrección de Jesús a su segunda venida)
3. Dios lo ha hecho Señor y Cristo.
Hechos 2:32-38 (RV1960)
32 A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
33 Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.
34 Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice:
Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi diestra,
35 Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
36 Sepa, pues, ciertisimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.
37 Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?
38 Pedro les dijo: Arrepentios, y bauticese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
1. Diccionario Bíblico de Señor y Cristo.
• Señor.
Término que traduce varias voces hebreas y griegas que expresan la idea de una persona que merece respeto o ejerce autoridad. Como designación de Dios, Señor traduce ‘Adon, Ntulo de cortesía para superiores (amo o rey), empleado usualmente en la forma ADONAY (mi Señor).
En el arameo se utiliza la expresión MARAN (elevado, exaltado, señor) y fue esta la que los primeros cristianos aplicaron a Jesús en la oración MARANATA (Señor ven).
Señor expresa la afirmación fundamental de la Biblia: Dios es soberano en la naturaleza y en la historia. La aplicación de este nombre sagrado a Jesucristo («el Señor» o «el Señor Jesús»; «el Señor Jesucristo» a menudo en Pablo); Constituye la primera confesión de fe cristiana, y por lo tanto los cristianos rehusaron llamar «Señor» al César.
• Cristo (Mesías, Ungido). Título dado a Jesús y transliteración del vocablo hebreo mashiakh (o sea, ungido) que en la Septuaginta se traduce jristós (en griego, ungido) Si bien al principio se solía ungir a los sacerdotes, profetas y reyes, pronto la palabra Mesías fue adquiriendo otras dimensiones que trascendían la misión de dichos personajes. La «esperanza mesiánica» consisNa en esperar que Dios, con su Mesías como instrumento, establecería para siempre a su pueblo. Se clamaba por un futuro glorioso donde el Mesías sería figura prominente. Isaías hace hincapié en el Mesías que recibe el nombre de «SIERVO DE JEHOVÁ», que en lugar de dominar es oprimido y angustiado, y en vez de vengarse de sus enemigos humildemente acepta el injusto castigo que estos le dan. Por otra parte, para Jeremías el Mesías tiene más bien una función sacerdotal; es un personaje que representa a Dios dentro del pueblo escogido, y que también representa al pueblo ante Dios. Tiene el derecho de perdonar pecados y su misión es ayudar al pueblo. Zacarías muestra al Mesías como «justo, salvador y humilde». El Mesías esperado en el Antiguo Testamento es, de una forma u otra, una figura de SALVACIÓN para el pueblo, ya sea de sus enemigos políticos o de sus pecados contra Dios. Jesús prefiere llamarse el HIJO DEL HOMBRE, que es también un titulo mesiánico, ya que Él es el SIERVO sufriente. Tenía plena conciencia de su mesianismo que se adaptaba más al papel que representaría en la pasión. Jesús, legalmente es condenado por ser el Mesías. Los apóstoles comenzaron a dar el Ntulo de Mesías a Jesús para mostrar a los judíos que el Mesías esperado ya había venido. El hombre de Nazaret fue declarado Mesías por sus obras y por la profecía cumplida por Él en su ministerio Para los cristianos primitivos lo que más destacaba a Jesús como el Mesías no era su actuación como rey, sino su actuación como persona llena por el Espíritu Santo. Entre el Espíritu Santo y el Mesías hay una íntima comunión.
Después de la resurrección, los discípulos entendieron la verdadera dimensión de la obra de Jesús, y solo entonces todas las palabras divinas les resultaron comprensibles.
La afirmación de que Jesús es el Mesías llega a ser una fórmula de declaración de fe.
2. Profecía de Señor y Cristo (Mesías).
• Señor. Salmo 45:6-7 (RV1960)
6 Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; Cetro de jusWcia es el cetro de tu reino.
7 Has amado la justicia y aborrecido la maldad; Por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros.
Salmo 110:1-3 (RV1960)
1 Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
2 Jehová enviará desde Sion la vara de tu poder; Domina en medio de tus enemigos.
3 Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder, En la hermosura de la san7dad. Desde el seno de la aurora Tienes tú el rocío de tu juventud.
Daniel 7:13-14 (RV1960)
13 Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él.
14 Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.
Miqueas 5:2 (RV1960)
2 Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.
• Cristo (Mesías, Ungido). Isaías 11:1-2 (RV1960) 1 Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. 2 Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. Isaías 53:2-7 (RV1960) 2 Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estmamos.
4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
Isaías 61:1-3 (RV1960)
1 El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;
2 a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados;
3 a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angus7ado; y serán llamados árboles de justicia, plantio de Jehová, para gloria suya.
3. El Señor Jesús lo anunció. • Señor. Juan 13:12-16 (RV1960) 12 Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? 13 Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. 14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. 15 Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. 16 De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. Marcos 2:27-28 (RV1960) 27 También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. 28 Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo. • Cristo (Mesías, Ungido). Juan 4:23-26 (RV1960) 23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. 25 Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas. 26 Jesús le dijo: Yo soy, el que habla conWgo.
Mateo 16:13-17 (RV1960)
13 Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?
14 Ellos dijeron: Unos, Juan el Bau7sta; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. 15 El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
4. El mensaje de los apóstoles. • Señor. Hechos 10:34-36 (RV1960) 34 Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, 35 sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia. 36 Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos. Filipenses 2:9-11 (RV1960) 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. 1a Corintios 8:4-6 (RV1960) 4 Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios. 5 Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la 7erra (como hay muchos dioses y muchos señores), 6 para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él. 1a Corintios 12:3 (RV1960) 3 Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo. 2a Corintios 4:5 (RV1960) 5 Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús.
• Cristo (Mesías, Ungido). Juan 6:68-69 (RV1960) 68 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. 69 Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Juan 20:30-31 (RV1960) 30 Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. 31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre. Hechos 9:20-22 (RV1960) 20 En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios. 21 Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes? 22 Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo. Hechos 17:1-3 (RV1960) 1 Pasando por Anppolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. 2 Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos, 3 declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio, decía él, es el Cristo. Hechos 18:1-5 (RV1960) 1 Después de estas cosas, Pablo salió de Atenas y fue a Corinto. 2 Y halló a un judío llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila su mujer, por cuanto Claudio había mandado que todos los judíos saliesen de Roma. Fue a ellos, 3 y como era del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas. 4 Y discutia en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos. 5 Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba entregado por entero a la predicación de la palabra, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo. 1a Juan 5:1 (RV1960) 1 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él. 1a Juan 2:22-23 (RV1960) 22 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. 23 Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre.
Hechos 18:24-28 (RV1960)
24 Llegó entonces a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras.
25 Este había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan.
26 Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios.
27 Y queriendo él pasar a Acaya, los hermanos le animaron, y escribieron a los discípulos que le recibiesen; y llegado él allá, fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído;
28 porque con gran vehemencia refutaba públicamente a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo.
5. Conclusión. Mateo 24:23-27 (RV1960) 23 Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. 24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. 25 Ya os lo he dicho antes. 26 Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis. 27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. Gálatas 6:14-15 (RV1960) 14 Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. 15 Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación.