Buena cosa es afirmar el corazón
Salmo 112:1-9 (RVR1960)
1 Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera.
2 Su descendencia será poderosa en la tierra; La generación de los rectos será bendita.
3 Bienes y riquezas hay en su casa, Y su justicia permanece para siempre.
4 Resplandeció en las tinieblas luz a los rectos; Es clemente, misericordioso y justo.
5 El hombre de bien tiene misericordia, y presta; Gobierna sus asuntos con juicio,
6 Por lo cual no resbalará jamás; En memoria eterna será el justo.
7 No tendrá temor de malas noticias; Su corazón está firme, confiado en Jehová.
8 Asegurado está su corazón; no temerá, Hasta que vea en sus enemigos su deseo.
9 Reparte, da a los pobres; Su justicia permanece para siempre; Su poder será exaltado en gloria.
Salmo 112:1 (NTV)
1 ¡Alabado sea el Señor! ¡Qué felices son los que temen al Señor y se deleitan en obedecer sus mandatos!
Salmo 112:7-8 (NTV)
7 Ellos no tienen miedo de malas noticias; confían plenamente en que el Señor los cuidará.
8 Tienen confianza y viven sin temor, y pueden enfrentar triunfantes a sus enemigos.
1. Temor de Dios.
Salmo 128:1-4 (RVR1960)
1 Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, Que anda en sus caminos.
2 Cuando comieres el trabajo de tus manos, Bienaventurado serás, y te irá bien.
3 Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.
4 He aquí que así será bendecido el hombre Que teme a Jehová.
Salmo 1:1-3 (RVR1960)
1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.
3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.
Salmo 1:2-3 (TLA)
2 Dios bendice a quienes aman su palabra y alegres la estudian día y noche.
3 Son como árboles sembrados junto a los arroyos: llegado el momento, dan mucho fruto y no se marchitan sus hojas. ¡Todo lo que hacen les sale bien!
Salmo 119:142-144 (RVR1960)
142 Tu justicia es justicia eterna, Y tu ley la verdad.
143 Aflicción y angustia se han apoderado de mí, Mas tus mandamientos fueron mi delicia.
144 Justicia eterna son tus testimonios; Dame entendimiento, y viviré.
Salmo 119:142-144 (NTV)
142 Tu justicia es eterna, y tus enseñanzas son totalmente ciertas.
143 Cuando la presión y el estrés se me vienen encima, yo encuentro alegría en tus mandatos.
144 Tus leyes siempre tienen razón; ayúdame a entenderlas para poder vivir.
Romanos 8:6 (RVR1960)
6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
Romanos 8:6 (TLA)
6 Si vivimos pensando en todo lo malo que nuestros cuerpos desean, entonces quedaremos separados de Dios. Pero si pensamos sólo en lo que desea el Espíritu Santo, entonces tendremos vida eterna y paz.
2. No tendrá temor.
Salmo 27:1-6 (RVR1960)
1 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?
2 Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
3 Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado.
4 Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.
5 Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Me ocultará en lo reservado de su morada; Sobre una roca me pondrá en alto.
6 Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo; Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.
Salmo 27:1-6 (NTV)
1 El Señor es mi luz y mi salvación, entonces ¿por qué habría de temer? El Señor es mi fortaleza y me protege del peligro, entonces ¿por qué habría de temblar?
2 Cuando los malvados vengan a devorarme, cuando mis enemigos y adversarios me ataquen, tropezarán y caerán.
3 Aunque un ejército poderoso me rodee, mi corazón no temerá. Aunque me ataquen,permaneceré confiado.
4 Lo único que le pido al Señor —lo que más anhelo— es vivir en la casa del Señor todos los días de mi vida, deleitándome en la perfección del Señor y meditando dentro de su templo.
5 Pues él me ocultará allí cuando vengan dificultades; me esconderá en su santuario. Me pondrá en una roca alta donde nadie me alcanzará.
6 Entonces mantendré mi cabeza en alto, por encima de los enemigos que me rodean. En su santuario ofreceré sacrificios con gritos de alegría, y con música cantaré y alabaré al Señor.
Salmo 34:4 (RVR1960)
4 Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores.
Salmo 34:4 (TLA)
4 Le pedí a Dios que me ayudara, y su respuesta fue positiva: ¡me libró del miedo que tenía!
Salmo 56:2-4 (RVR1960)
2 Todo el día mis enemigos me pisotean; Porque muchos son los que pelean contra mí con soberbia.
3 En el día que temo, Yo en ti confío.
4 En Dios alabaré su palabra; En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?
Salmo 56:2-3 (TLA)
2 Mis enemigos no dejan de atacarme ni de noche ni de día; ¡son ya demasiados los orgullosos que me atacan!
3-4 Cuando siento miedo, confío en ti, mi Dios, y te alabo por tus promesas;
Confío en ti, mi Dios, y ya no siento miedo. ¡Nadie podrá hacerme daño jamás!
Proverbios 1:33 (RVR1960)
33 Mas el que me oyere, habitará confiadamente Y vivirá tranquilo, sin temor del mal.
Proverbios 3:21-26 (RVR1960)
21 Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos; Guarda la ley y el consejo,
22 Y serán vida a tu alma, Y gracia a tu cuello.
23 Entonces andarás por tu camino confiadamente, Y tu pie no tropezará.
24 Cuando te acuestes, no tendrás temor, Sino que te acostarás, y tu sueño será grato.
25 No tendrás temor de pavor repentino, Ni de la ruina de los impíos cuando viniere,
26 Porque Jehová será tu confianza, Y él preservará tu pie de quedar preso.
Proverbios 3:23-26 (NTV)
23 Te mantienen seguro en tu camino, y tus pies no tropezarán.
24 Puedes irte a dormir sin miedo; te acostarás y dormirás profundamente.
25 No hay por qué temer la calamidad repentina ni la destrucción que viene sobre los perversos,
26 porque el Señor es tu seguridad. Él cuidará que tu pie no caiga en una trampa.
3. Corazón firme en Dios.
Isaías 26:3-4 (RVR1960)
3 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.
4 Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos.
Juan 14:1-2 (RVR1960)
1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
Juan 14:1 (TLA)
1 Poco después, Jesús les dijo a sus discípulos: --No se preocupen. Confíen en Dios y confíen también en mí.
Hechos 27:22-25 (RVR1960)
22 Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave.
23 Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo,
24 diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo.
25 Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho.
Salmo 27:13-14 (RVR1960)
13 Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes.
14 Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová.
Salmo 31:23-24 (RVR1960)
23 Amad a Jehová, todos vosotros sus santos; A los fieles guarda Jehová, Y paga abundantemente al que procede con soberbia.
24 Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, Y tome aliento vuestro corazón.
Hebreos 13:8-9 (RVR1960)
8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
9 No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas.
4. Conclusión.
Daniel 3:14-18 (RVR1960)
14 Habló Nabucodonosor y les dijo: ¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abed-nego, que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado?
15 Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos?
16 Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto.
17 He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará.
18 Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.
Daniel 3:23-28 (RVR1960)
23 Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo.
24 Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey.
25 Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses.
26 Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego.
27 Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían.
28 Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, y que no cumplieron el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios.