Bosquejo
2. Salvación por gracia.
Hechos 14:1-3 (RVR1960)
1 Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos.
2 Mas los judíos que no creían excitaron y corrompieron los ánimos de los gentiles contra los hermanos.
3 Por tanto, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con denuedo, confiados en el Señor, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen por las manos de ellos señales y prodigios.
Hechos 14:3 (NTV)
3 pero los apóstoles se quedaron allí por mucho tiempo, predicando con valentía acerca de la gracia del Señor. Y el Señor demostraba que el mensaje era verdadero al darles poder para hacer señales milagrosas y maravillas;
Hechos 15:7-11 (RVR1960)
7 Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen.
8 Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros;
9 y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones.
10 Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?
11 Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos.
Hechos 15:11 (NTV)
11 Nosotros creemos que todos somos salvos de la misma manera, por la gracia no merecida que proviene del Señor Jesús».
• La Gracia de Dios.
Como el atributo inseparable de Dios, la gracia no existe independientemente, como si fuese una entidad por sí sola. Debe eliminarse toda imagen que se la figure como una especie de sustancia, pues es la actitud de Dios hacia el hombre. Es la generosidad o la magnanimidad de Dios hacia nosotros, seres rebeldes y pecadores. En el Antiguo Testamento es la traducción de una palabra que también se entiende como «favor» (Os 14.4), pero, aun sin emplear el término, el concepto impregna toda la Biblia, y entrelaza ambos Testamentos en completa unidad más que ninguna otra idea (Dt 7.7; 8.14–18; 9.4–6; Sal 103.4, 10; Jon 4.2).
En el Nuevo Testamento la gracia está centrada en la persona de Jesucristo (Jn 1.14–17; Ro 5.15; 1 Co 1.4; 1 Co 8.9; Ef 4.7; 1 Ti 1.14; Heb 2.9; 1 P 1.13). Él es la gracia de Dios, manifestada por acción de la voluntad divina, y las Escrituras afirman resueltamente que el hombre no puede hacer nada para merecerla (Ro 3.27, 11.6; Gl 2.21; 3.11; Ef 2.4–10), sin que esto, por supuesto, signifique abolición de la Ley. Estos mismos pasajes también insisten en la importancia de las buenas obras (Ef 2.4–10; Tit 2.11–14; 3.4–8). Estas no son causa sino consecuencia de la gracia de Dios, a pesar de lo ilógico que resulte esta doctrina para el orgullo del hombre natural.
La gracia posibilita la fe, que es la respuesta agradecida a la iniciativa de Dios. La fe es la aceptación de la gracia de Dios, pero a esta (la gracia) no la provoca aquella (la fe), pues es don de Dios para salvación (Hch 15.11; Ro 4.13–16; Ef 1.7; 2.8; 1 P 1.10). Toda la idea neotestamentaria de la redención y salvación gira en torno a la gracia de Dios manifestada en la vida, obra, muerte y resurrección de Cristo. Es la base de nuestra justificación (Ro 3.24; Tit 3.7), la verdadera buena nueva y la esencia misma del evangelio (Hch 20.24). Por esa gracia, Dios nos reconcilia consigo mismo en la cruz (2 Co 5.14–21).
La vida cristiana en su totalidad está contenida en la gracia de Dios. La santificación, crecimiento y maduración del creyente no se efectúa como una etapa posterior e independiente de la recepción de la gracia, sino dentro de ella (Hch 13.43; 2 Ti 2.1; 2 P 3.18). La vida cristiana está orientada por la gracia (2 Co 1.12), así como ha sido emancipada por ella de la sujeción penosa de la Ley (Ro 6.14). Esta gracia es para el hombre de fe la fuente de consuelo en sus tribulaciones (2 Ts 2.16s) y de esperanza y aliento en toda su acción; conforma con características especiales toda la vida (Mt 10.8b; 2 Co 8.1, 2) y en las horas de crisis es socorro oportuno (Heb 4.16). Tanto la vocación a la vida cristiana como al servicio dentro de ella, es obra de la gracia (Gl 1.6, 15; 2 Ti 1.9). Caracteriza a la gracia su abundancia suficiente para toda emergencia y para toda necesidad y situación (Hch 4.33; 6.8; 11.23; Ro 5.17, 20; 2 Co 4.15; 9.8, 14; Ef 1.6; 2.7). Proviene del amor sin límites del Padre celestial.
Ser objeto de la gracia es un privilegio, y por consiguiente una responsabilidad. No podemos apoderarnos de la gracia como si fuera nuestro derecho, pero es posible oponer resistencia y perder así los beneficios que nos ofrece (2 Co 6.1; Gl 5.4; Heb 10.29; 12.15; Jud 4). Tenemos la obligación de administrar la gracia (Ef 3.2; 1 P 4.10).
Nuestra vocación cristiana en general, y la vocación a un ministerio particular son obra de la gracia (Hch 14.26b; Ro 1.5; 1 Co 3.10; Ef 3.8). Para cumplir ese ministerio la gracia nos brinda los dones (gracias o carismas) particulares que necesitamos (Ro 12.6; Ef 4.7). Fue por toda la importancia de la gracia por lo que siempre se incluyó en los saludos y bendiciones cristianas (Ro 1.7; 16.24; 1 Co 1.3; 2 Co 1.2; 13, 14; Gl 1.3; Ef 6.24; 2 Ts 1.2; etc.).
1. ¿Salvados por buenas obras…? (cumplir la ley).
Romanos 3:19-20 (RVR1960)
19 Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios;
20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
Romanos 3:19-20 (NTV)
19 Obviamente, la ley se aplica a quienes fue entregada, porque su propósito es evitar que la gente tenga excusas y demostrar que todo el mundo es culpable delante de Dios.
20 Pues nadie llegará jamás a ser justo ante Dios por hacer lo que la ley manda. La ley sencillamente nos muestra lo pecadores que somos.
Romanos 9:30-33 (RVR1960)
30 ¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe;
31 mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó.
32 ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo,
33 como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que creyere en él, no será avergonzado.
Romanos 9:30-33 (TLA)
30 ¿Qué más les puedo decir? Que aunque la gente de otros pueblos no estaba haciendo nada para que Dios los aceptara, él los aceptó porque confiaron en él.
31 En cambio, los israelitas fueron rechazados, porque trataban de cumplir la ley para que Dios los aceptara.
32 ¿Y por qué no fueron aceptados? Porque querían que Dios los aceptara por lo que hacían, y no por confiar sólo en él. Por eso Cristo fue para ellos como una piedra en la que tropezaron.
33 En la Biblia Dios dijo: «Yo pongo en Jerusalén una roca con la cual muchos tropezarán y caerán. Pero Dios no defraudará a los que confíen en él.»
Gálatas 2:15-16 (RVR1960)
15 Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles,
16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.
Gálatas 2:16 (TLA)
16 Sabemos muy bien que Dios sólo acepta a los que confían en Jesucristo, y que nadie se salva sólo por obedecer la ley. Nosotros mismos hemos confiado en Jesucristo, para que Dios nos acepte por confiar en él. Porque Dios no aceptará a nadie sólo por obedecer la ley.
Gálatas 3:10-14 (RVR1960)
10 Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.
11 Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;
12 y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.
13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),
14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.
Gálatas 3:10-14 (NTV)
10 Sin embargo, los que dependen de la ley para hacerse justos ante Dios están bajo la maldición de Dios, porque las Escrituras dicen: «Maldito es todo el que no cumple ni obedece cada uno de los mandatos que están escritos en el libro de la ley de Dios».
11 Queda claro, entonces, que nadie puede hacerse justo ante Dios por tratar de cumplir la ley, ya que las Escrituras dicen: «Es por medio de la fe que el justo tiene vida».
12 El camino de la fe es muy diferente del camino de la ley, que dice: «Es mediante la obediencia a la ley que una persona tiene vida».
13 Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición dictada en la ley. Cuando fue colgado en la cruz, cargó sobre sí la maldición de nuestras fechorías. Pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero».
14 Mediante Cristo Jesús, Dios bendijo a los gentiles con la misma bendición que le prometió a Abraham, a fin de que los creyentes pudiéramos recibir por medio de la fe al Espíritu Santo prometido.
Gálatas 3:13 (TLA)
13 Pero Cristo prefirió recibir por nosotros la maldición que cae sobre el que no obedece la ley. De ese modo nos salvó. Porque la Biblia dice: «Dios maldecirá a cualquiera que muera colgado de un madero.»
Gálatas 5:4 (RVR1960)
4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
Gálatas 5:4 (NTV)
4 Pues, si ustedes pretenden hacerse justos ante Dios por cumplir la ley, ¡han quedado separados de Cristo! Han caído de la gracia de Dios.
2. Salvados por gracia.
Zacarías 4:6-7 (RVR1960)
6 Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.
7 ¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura; él sacará la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella.
Romanos 4:13-16 (RVR1960)
13 Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.
14 Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa.
15 Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.
16 Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros
Romanos 4:13-16 (NTV)
13 Obviamente, la promesa que Dios hizo de dar toda la tierra a Abraham y a sus descendientes no se basaba en la obediencia de Abraham a la ley sino en una relación correcta con Dios, la cual viene por la fe.
14 Si la promesa de Dios es solo para los que obedecen la ley, entonces la fe no hace falta y la promesa no tiene sentido.
15 Pues la ley siempre trae castigo para los que tratan de obedecerla. (¡La única forma de no violar la ley es no tener ninguna ley para violar!).
16 Así que la promesa se recibe por medio de la fe. Es un regalo inmerecido. Y, vivamos o no de acuerdo con la ley de Moisés, todos estamos seguros de recibir esta promesa si tenemos una fe como la de Abraham, quien es el padre de todos los que creen.
Efesios 2:8-9 (RVR1960)
8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
9 no por obras, para que nadie se gloríe.
Efesios 2:8-9 (NTV)
8 Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios.
9 La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo.
3. Gracia por medio de Jesús.
Hebreos 2:9 (RVR1960)
9 Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.
Romanos 5:20-21 (RVR1960)
20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;
21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
Romanos 5:21 (NTV)
21 Entonces, así como el pecado reinó sobre todos y los llevó a la muerte, ahora reina en cambio la gracia maravillosa de Dios, la cual nos pone en la relación correcta con él y nos da como resultado la vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Romanos 5:15-17 (RVR1960)
15 Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo.
16 Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación.
17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.
Romanos 5:15-17 (NTV)
15 pero hay una gran diferencia entre el pecado de Adán y el regalo del favor inmerecido de Dios. Pues el pecado de un solo hombre, Adán, trajo muerte a muchos; pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su perdón para muchos por medio de otro hombre, Jesucristo;
16 y el resultado del regalo del favor inmerecido de Dios es muy diferente de la consecuencia del pecado de ese primer hombre. Pues el pecado de Adán llevó a la condenación, pero el regalo de Dios nos lleva a ser declarados justos a los ojos de Dios, a pesar de que somos culpables de muchos pecados.
17 Pues el pecado de un solo hombre, Adán, hizo que la muerte reinara sobre muchos; pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su justicia, porque todos los que lo reciben vivirán en victoria sobre el pecado y la muerte por medio de un solo hombre, Jesucristo.
Efesios 2:4-7 (RVR1960)
4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,
5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),
6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,
7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
Efesios 2:4-7 (NTV)
4 Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto
5 que, a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos. (¡Es solo por la gracia de Dios que ustedes han sido salvados!)
6 Pues nos levantó de los muertos junto con Cristo y nos sentó con él en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo Jesús.
7 De modo que, en los tiempos futuros, Dios puede ponernos como ejemplos de la increíble riqueza de la gracia y la bondad que nos tuvo, como se ve en todo lo que ha hecho por nosotros, que estamos unidos a Cristo Jesús.
2a Timoteo 1:7-10 (RVR1960)
7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
8 Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios,
9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,
10 pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,
2a Timoteo 1:9 (NTV)
9 Pues Dios nos salvó y nos llamó para vivir una vida santa. No lo hizo porque lo mereciéramos, sino porque ese era su plan desde antes del comienzo del tiempo, para mostrarnos su gracia por medio de Cristo Jesús;
Romanos 3:21-26 (RVR1960)
21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas;
22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,
23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,
26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Romanos 3:22-25 (TLA)
22 Dios acepta a todos los que creen y confían en Jesucristo, sin importar si son judíos o no lo son.
23 Todos hemos pecado, y por eso estamos lejos de Dios.
24 Pero él nos ama mucho, y nos declara inocentes sin pedirnos nada a cambio. Por medio de Jesús, nos ha librado del castigo que merecían nuestros pecados.
25-26 Dios envió a Jesucristo para morir por nosotros. Si confiamos en que Jesús murió por nosotros, Dios nos perdonará. Con esto Dios demuestra que es justo y que, gracias a su paciencia, ahora nos perdona todo lo malo que antes hicimos. Él es justo, y sólo acepta a los que confían en Jesús.
Tito 3:4-7 (RVR1960)
4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,
5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,
6 el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,
7 para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.
Tito 3:4-7 (NTV)
4 Pero: «Cuando Dios nuestro Salvador dio a conocer su bondad y amor,
5 él nos salvó, no por las acciones justas que nosotros habíamos hecho, sino por su misericordia. Nos lavó, quitando nuestros pecados, y nos dio un nuevo nacimiento y vida nueva por medio del Espíritu Santo.
6 Él derramó su Espíritu sobre nosotros en abundancia por medio de Jesucristo nuestro Salvador.
7 Por su gracia él nos declaró justos y nos dio la seguridad de que vamos a heredar la vida eterna».
4. La gracia en la vida cristiana.
Gálatas 1:6 (RVR1960)
6 Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente.
Gálatas 1:6 (NTV)
6 Estoy horrorizado de que ustedes estén apartándose tan pronto de Dios, quien los llamó a sí mismo por medio de la amorosa misericordia de Cristo. Están siguiendo un evangelio diferente, que aparenta ser la Buena Noticia,
Hechos 13:43 (RVR1960)
43 Y despedida la congregación, muchos de los judíos y de los prosélitos piadosos siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes hablándoles, les persuadían a que perseverasen en la gracia de Dios.
Hechos 20:22-24 (RVR1960)
22 Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer;
23 salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones.
24 Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
Hechos 20:24 (NTV)
24 pero mi vida no vale nada para mí a menos que la use para terminar la tarea que me asignó el Señor Jesús, la tarea de contarles a otros la Buena Noticia acerca de la maravillosa gracia de Dios.
Hebreos 4:15-16 (RVR1960)
15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Hebreos 4:15-16 (NTV)
15 Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin embargo, él nunca pecó.
16 Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos.
2a Corintios 12:7-10 (RVR1960)
7 Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;
8 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.
9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Romanos 6:11-14 (RVR1960)
11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias;
13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
Romanos 6:14 (NTV)
14 El pecado ya no es más su amo, porque ustedes ya no viven bajo las exigencias de la ley. En cambio, viven en la libertad de la gracia de Dios.
Romanos 6:14 (DHH)
14 Así el pecado ya no tendrá poder sobre ustedes, pues no están sujetos a la ley sino a la bondad de Dios.
Hebreos 13:8-9 (RVR1960)
8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
9 No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas.
Hebreos 13:9 (NTV)
9 Así que no se dejen cautivar por ideas nuevas y extrañas. Su fortaleza espiritual proviene de la gracia de Dios y no depende de reglas sobre los alimentos, que de nada sirven a quienes las siguen.
Tito 2:11-14 (RVR1960)
11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres,
12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,
13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
1a Corintios 15:9-10 (RVR1960)
9 Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios.
10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.
5. Conclusión.
Hebreos 12:15 (RVR1960)
15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
Hechos 20:32 (RVR1960)
32 Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados.
Hechos 20:32 (NTV)
32 »Y ahora los encomiendo a Dios y al mensaje de su gracia, que tiene poder para edificarlos y darles una herencia junto con todos los que él ha consagrado para sí mismo.
Juan 1:14-17 (RVR1960)
14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
15 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.
16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.
17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
Juan 1:16-17 (NTV)
16 De su abundancia, todos hemos recibido una bendición inmerecida tras otra.
17 Pues la ley fue dada por medio de Moisés, pero el amor inagotable de Dios y su fidelidad vinieron por medio de Jesucristo.
Versículos adicionales.
Romanos 6:23 (RVR1960)
23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Efesios 1:3-7 (RVR1960)
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,
5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,
6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,
7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,
Efesios 1:5-7 (NTV)
5 Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo.
6 De manera que alabamos a Dios por la abundante gracia que derramó sobre nosotros, los que pertenecemos a su Hijo amado.
7 Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados.
Romanos 11:2-5 (RVR1960)
2 No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo:
3 Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme?
4 Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal.
5 Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia.
Romanos 11:5 (NTV)
5 Lo mismo sucede hoy, porque unos cuantos del pueblo de Israel han permanecido fieles por la gracia de Dios, es decir, por su bondad inmerecida al elegirlos;
Gálatas 5:4-8 (RVR1960)
4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
5 Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia;
6 porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.
7 Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?
8 Esta persuasión no procede de aquel que os llama.
Gálatas 5:4-6 (NTV)
4 Pues, si ustedes pretenden hacerse justos ante Dios por cumplir la ley, ¡han quedado separados de Cristo! Han caído de la gracia de Dios.
5 Sin embargo, los que vivimos por el Espíritu esperamos con anhelo recibir por la fe la justicia que Dios nos ha prometido.
6 Pues, una vez que depositamos nuestra fe en Cristo Jesús, de nada sirve estar o no circuncidado. Lo importante es la fe que se expresa por medio del amor.
Gálatas 5:4-6 (TLA)
4 Los que quieren que Dios los acepte por obedecer la ley, rechazan el amor de Dios y dejan de estar unidos a Cristo.
5 En cambio, a nosotros, el Espíritu nos da la seguridad de que Dios nos acepta porque confiamos en Cristo.
6 Gracias a lo que Cristo hizo, ya no importa si estamos circuncidados o no. Lo que sí importa es que confiamos en Cristo, y que esa confianza nos hace amar a los demás.
2a Corintios 3:7-9 (RVR1960)
7 Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer,
8 ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu?
9 Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación.
2a Corintios 3:8-9 (NTV)
8 ¿No deberíamos esperar mayor gloria dentro del nuevo camino, ahora que el Espíritu Santo da vida?
9 Si el antiguo camino, que trae condenación, era glorioso, ¡cuánto más glorioso es el nuevo camino, que nos hace justos ante Dios!