En lo que creemos
LA BIBLIA
-
La Biblia como la inspirada infalible, autorizada e inerrante palabra de Dios (2 Ti. 3:15, 2 P. 1:21).
-
La Biblia es la suprema autoridad en todas las materias de fe y conducta.
(2da P 1:19-21; 2da Tim 3:16-17; Juan 5:39). -
Las Sagradas Escrituras son la verdadera Palabra de Dios al hombre. Constituyen en su conjunto la autoridad y regla infalible de fe y conducta.
LA SALVACIÓN
-
La salvación es por gracia y se obtiene a través de la fe en el sacrificio expiatorio de Cristo en la Cruz (Ef 2:8-9, Rom 5:1-2).
-
La absoluta necesidad de regeneración por el Espíritu Santo para salvación por causa de la extrema pecaminosidad de la naturaleza humana, y que los hombres son justificados por la fe en la sangre derramada de Cristo y que solo por la gracia de Dios y por medio de la fe sola somos salvos (Jn. 3:16-19; 5:24, Ro. 3:23, 5:8-9, Ef. 2:8-10, Tit. 3:5
-
Creemos que como seres humanos somos pecadores por naturaleza y por elección y estábamos bajo condenación. Ahora somos contados como justos ante Dios solo por el mérito de nuestro Señor y Salvador Jesucristo en quien tenemos la salvación por medio de la fe y no por las obras.
-
El sacrificio de Cristo sobre la cruz hecho una vez y para siempre, es aquella redención perfecta, por todos los pecados de todo el mundo, pecado original y pecados actuales; y la única esperanza de redención para el hombre, es por medio de la sangre de Cristo, el Hijo de Dios, derramada sobre la cruz.
-
Todo aquel que se ha arrepentido sinceramente y considera a Jesucristo su Señor y Salvador, debe someterse a la ordenanza del bautismo en agua, de acuerdo con las Sagradas Escrituras. Mediante el bautismo en agua, el creyente se identifica con Cristo simbolizando ante el mundo su muerte, sepultura y resurrección a fin de transitar una nueva vida consagrada a Dios. El bautismo en agua es un paso de obediencia esencial al Evangelio.
LA TRINIDAD
-
Un sólo Dios creador de todas las cosas, infinitamente perfecto y eternamente existente en tres personas: Padre, Hijo, y Espíritu Santo (Gen 1:1, Is 45:12, 1 Juan 5:7, Mt 28:19).
EL PADRE
-
Creemos en Dios el Padre, quien reina con cuidado providencial sobre el universo y sus criaturas en el curso de la historia, de acuerdo con los propósitos de su gracia. Es Padre de aquellos que llegan a ser sus hijos mediante la fe en Cristo Jesús, y se muestra paternal en su actitud hacia todo ser humano. Textos Bíblicos: Génesis 1:1 y 2:7; Éxodo 3:14; 6:2-3; 15:11; 20:1; Levítico 22:2.
JESUCRISTO
-
Que Jesucristo es el Hijo de Dios que fue engendrado del Espíritu Santo y nació de la Virgen María, y que es verdadero Dios y verdadero hombre ( Lc 1:35, Jn 1:14).
-
Que tal como lo afirma la Biblia, Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres (1Timoteo 2:5, Jn 14:6).
-
El Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, habiendo purgado nuestros pecados, se sentó a la diestra del Padre en los cielos; ángeles, principados y poderes fueron hechos sujetos a Él, y habiendo sido hecho Señor y Cristo, Él envió el Espíritu Santo; para que nosotros en el nombre de Jesús, doblemos nuestras rodillas y confesemos que Jesucristo es Señor. Hebreos 1:3; 1Pedro 3:22; Hechos 2:32-36; Romanos 14:11; 1 Corintios 15:24, 28.
EL ESPÍRITU SANTO
-
Creemos en el Espíritu Santo, la tercera persona de la Trinidad, quien inspiró a hombres consagrados de la antigüedad a escribir las Escrituras. Por su iluminación capacita a toda persona para comprender su necesidad de salvación y la verdad del evangelio. Exalta a Cristo; convence del pecado, de justicia y de juicio. Llama a los hombres a la salvación y efectúa en ellos la regeneración.
-
El Espíritu Santo sella al creyente hasta el día de la redención final. Desarrolla el carácter cristiano; fortalece a los creyentes; y les reparte los dones espirituales con los cuales pueden servir a Dios. El Espíritu instruye y capacita al creyente y a la iglesia para la adoración, el evangelismo y el servicio. Bajo su imperio y dinamismo se mueve la iglesia, llevándole a cumplir el ministerio que se le ha conferido en el mundo. Textos Bíblicos: Génesis 1:2. Jueces 14:6. Job 26:13. Salmos 51:11; 139:7. Isaías 61:1-3. Joel 2:28-32. Mateo 1:18; 3:16; 4:1; 12:28; 28:19.
-
El Espíritu Santo, quien fue enviado del Padre y del Hijo para traer convicción de pecado al mundo, justicia, y juicio, y para regenerar, santificar y capacitar para el ministerio a cada creyente en Jesucristo. El Espíritu Santo mora en nosotros y es nuestro Ayudante, Maestro y Guía. Creemos en el ministerio presente del Espíritu Santo y en la ejercitación de todos los dones bíblicos del Espíritu.
-
Todos los creyentes deben esperar ardientemente y buscar sinceramente el bautismo en el Espíritu Santo.
-
El bautismo en el Espíritu Santo y fuego es un don de Dios prometido por nuestro Señor Jesucristo para los creyentes. Tiene como propósito el conferir poder al creyente para testificar el Evangelio con denuedo y efectividad.
LA IGLESIA
-
La iglesia como el cuerpo de Cristo incluye a todos los redimidos de todos los tiempos y en todo lugar. Asimismo, la iglesia del Señor Jesucristo es un cuerpo local de creyentes bautizados sobre la base de su conversión, los cuales se unen voluntariamente en la fe y en la confraternidad del evangelio. Estos creyentes observan las dos ordenanzas de Cristo, el bautismo y la cena del Señor; enseñan y se someten a sus enseñanzas; se apoyan mutuamente en comunión cristiana y procuran anunciar el evangelio hasta los fines de la tierra. Son capacitados para ejercitar los dones que Dios reparte en el seno del cuerpo de Cristo y realizar la obra del ministerio para la edificación de la iglesia, para hacer bien en el mundo y para cumplir con su misión universal.
-
Jesús es la cabeza de la iglesia universal, que es su cuerpo y que está comprometida en proclamar el evangelio en todo el mundo (Col 1:18; Ef 5:23; Mr 16:15-18).
-
Los dones del Espíritu Santo están al alcance de todo creyente. (1ra Co 12: 1-13).
-
Creemos que la iglesia fue creada por Dios para ser una comunidad de alabanza de los creyentes, donde se practican la ordenanzas de Cristo, es gobernada por su ley, se practican los dones espirituales, se tienen privilegios y disciplina por su Palabra y el Espíritu Santo, y es el medio para proclamar la verdad y establecer el reino de Dios en la tierra.
-
La Iglesia lucha las batallas espirituales en el poder del Espíritu Santo, tomando toda la armadura de Dios contra las asechanzas del diablo, contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. (Efesios 6:10-18)
LA SANIDAD DIVINA
-
El Señor Jesucristo ha provisto sanidad de las enfermedades a través de su sacrificio en la cruz. Por medio de la fe, todos los creyentes pueden disfrutar de ella. Éxodo 15:26; Isaías 53:4,5; Mateo 8:16,17; Marcos 16:17,18; Lucas 7:21, 22; 10:9; Hechos 5:12-16; 1 Pedro 2:24.
LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO
-
En la Segunda Venida de Cristo y que vendrá visiblemente y en poder y en gloria.
(Mr 13:26-27; Judas 14).